Por: María Angélica Joannon
Durante el 2011 y con menor potencia el 2012 la coyuntura política de Chile estuvo marcada por una movilización estudiantil –la más grande y participativa en la historia de Chile- que mediante diversas acciones intentó influir y cambiar el sistema educacional chileno.
Las movilizaciones que tuvieron un carácter multitudinario fueron gestionadas por la Confederación de Estudiantes de Chile (Confech), organismo que agrupa a las federaciones de estudiantes de 16 universidades. Entre sus principales voceros estaban Camila Vallejos, Gabriel Boric y Giorgio Jackson.
Respecto a sus demandas los estudiantes exigían cambios sustanciales en la Educación secundaria y la Educación superior (universitaria) proclamando la injusticia del sistema educacional chileno. El principal mensaje de las manifestaciones se centró en reclamar por una educación pública gratuita y de calidad.
El despliegue de la campaña
Los estudiantes buscaron presionar al gobierno a través de distintos medios. Entre sus principales acciones estaban las manifestaciones masivas que se desplegaron por las principales arterias de Santiago. Ello estaba unido a un ciber activismo, donde las redes sociales jugaron un papel clave en la convocatoria a las actividades del movimiento. Además, se realizaron paros nacionales e incluso huelgas de hambre para presionar al gobierno.
A lo anterior se le suma un importante apoyo internacional. A través de la campaña “Has que el mundo se mueva por la educación chilena” cientos de personas de diversos lugares del mundo expresaron su apoyo a los estudiantes de Chile.
Estas acciones se realizaban paralelamente a un proceso de diálogo con el gobierno que dejó al mandatario con muy baja aprobación (alrededor de un 30%) y con la falta de consenso entre ambas partes.
Un eje especialmente llamativo del movimiento estudiantil fueron las manifestaciones creativas que se realizaron durante las marchas. Música, cantos, bailes y disfraces acompañaban los mensajes que los estudiantes querían transmitir: Fin al lucro, educación gratuita y de calidad para todos con una dosis de imaginación y creatividad para concienciar al país.
Hoy el movimiento se ha mermado. Sin embargo, sus gestores están atentos a que este año de elecciones presidenciales el debate de la educación esté entre las máximas prioridades de los candidatos.
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