domingo, 13 de enero de 2013

Lobbying digital


Por Alejandra Martínez Rubio


Lobbying digital

Cuando pensamos en lobbying, la mayoría de nosotros nos imaginamos a una persona detrás de un legislador tratando de convencerlo de que su idea es la correcta y de que la razón yace en sus argumentos. Pero en el mundo tecnológico en el que vivimos ya no es así. Los grandes avances han afectado nuestra forma de trabajar y las actividades políticas no quedan exentas de este cambio. El lobbying, una actividad que tradicionalmente se realizaba frente a frente, se ha convertido en algo dinámico y con una gran facilidad de difusión. Ahora también los ciudadanos tienen la oportunidad de presionar a sus legisladores de manera directa, y la influencia de las redes sociales se facilita inmensamente la interacción.

Uno de los principales líderes en impulsar campañas de lobbying digital ha sido el presidente Barack Obama, quien se ha caracterizado por utilizar las nuevas tecnologías para comunicarse con la sociedad, y en esta ocasión para animarlos a presionar a los legisladores republicanos para votar a favor de su propuesta. En octubre de 2011, Obama lanzó una nueva campaña en la que se buscaba aprovechar el poder de Twitter y el apoyo de la sociedad para presionar a los legisladores republicanos a aprobar su proyecto de ley de puestos de trabajo e impuestos.

Para facilitar el manejo de los mensajes y asegurar los hashtags y menciones correspondientes, el equipo del presidente creó un sitio en su página web en el que los ciudadanos ingresaban su dirección para identificar si eran representados por un legislador republicano, y en caso afirmativo aparecían tres opciones de tweets a elegir, asegurando así que sus argumentos principales fueran puntuales y dirigidos correctamente al tema en el que se buscaba influir.

Los argumentos utilizados por la campaña y que aparecían en la web para Twitter se constituían en tres opciones:
·       “Will you stand with @BarackObama and vote to pass the American Jobs Act? #passthebill”
·       “I’m one of your constituents, and I’m urging you to pass the American Jobs Act now to strengthen our economy. #passthebill”
·       “Vote for Jobs, schools, and small businesses – vote for the American Jobs Act. #passthebill”



Una de las desventajas percibidas, era que los congresistas no hicieran caso de los tweets al ser siempre los mismos, y se considerara como un intento de presión por parte de la sola figura del Presidente. Pero la campaña se movía dentro de las redes y a pesar de tener tweets predeterminados, empezaron a aparecer otro tipo de menciones en los que las personas expresaban opiniones personales y pedían a los congresistas la aprobación del proyecto y utilizando el hashtag #passthebill se creaba una mayor presión para los republicanos.

Esta campaña de lobbying poco convencional, atrajo mayor atención mediática e interacción y apoyo de la sociedad, de modo que los congresistas se vieron obligados a escuchar distintas opiniones y a ver de manera mucho más cercana el impacto que su decisión tendría en la sociedad. La campaña deja de ser de uno a uno y se convierte en un lobbying nacional en el que realmente se involucran los afectados, dándole así una identidad reconocible, llamativa y mucho más cercana a la realidad.


Otros sitios de interés:
http://www.barackobama.com/tweet-for/jobs
http://thecaucus.blogs.nytimes.com/2011/10/04/obama-campaign-takes-jobs-fight-to-twitter/

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