CONTEXTO
Uno de los temas que ha ocupado la política norteamericana durante los últimos meses ha sido la reforma de su sistema sanitario (health care reform). Para Obama, esta reforma es una de sus prioridades legislativas desde que fue elegido Presidente y durante el último trimestre ha conseguido, tras meses de duras negociaciones, la aprobación del plan por parte del Congreso ( con 220 votos a favor y 215 en contra) y en estos momentos está pendiente de que haga lo mismo el Senado.
Pero es una reforma compleja. La cantidad de actores involucrados y la confrontación de intereses de unos y otros, han convertido esta propuesta en una verdadera batalla entre aseguradoras, sindicatos, políticos de una y otra orientación, empresas farmacéuticas, médicos y pacientes.
El objetivo principal puede sintetizarse en la obligación de todos los ciudadanos norteamericanos a tener cobertura médica y a todas las empresas, menos a las más pequeñas, de proveer con este servicio a sus empleados. Este nuevo sistema le dará cobertura a 36 millones de ciudadanos que en este momento no la poseen, quienes se convertirán en nuevos clientes de las compañías de aseguradoras, sin que éstas puedan rechazar a pacientes con problemas de salud preexistentes, ni poner un cantidad económica máximo a cubrir. Y todo con un costo de 900 billones de dólares a cubrir en 10 años, como explicó el Presidente en su discurso ante la cámara baja el pasado septiembre.
ANÁLISIS
La industria sanitaria representa el 15% del PIB del país y en el primer semestre de este año empresas y grupos gastaron 240 millones de dólares en campañas y estrategias de lobby, aumentando el gasto de la industria de salud en lobby un 152%, según los datos del instituto Common Cause.
Uno de los grupos más activos en esta reforma ha sido el Pharmaceutical Research and Manufacturers of America (PhRMA), que representa a treinta y dos compañías de medicamentos entre las que se encuentran Pfizer Inc., Merck & Co., Johnson & Johnson.
Estrategia: PhRMA mantuvo desde el comienzo de la reforma una lobby de altura, ya que hablamos d e un grupo de presión con presencia notable y significativa en el Congreso.
Uno de los temas que ha ocupado la política norteamericana durante los últimos meses ha sido la reforma de su sistema sanitario (health care reform). Para Obama, esta reforma es una de sus prioridades legislativas desde que fue elegido Presidente y durante el último trimestre ha conseguido, tras meses de duras negociaciones, la aprobación del plan por parte del Congreso ( con 220 votos a favor y 215 en contra) y en estos momentos está pendiente de que haga lo mismo el Senado.
Pero es una reforma compleja. La cantidad de actores involucrados y la confrontación de intereses de unos y otros, han convertido esta propuesta en una verdadera batalla entre aseguradoras, sindicatos, políticos de una y otra orientación, empresas farmacéuticas, médicos y pacientes.
El objetivo principal puede sintetizarse en la obligación de todos los ciudadanos norteamericanos a tener cobertura médica y a todas las empresas, menos a las más pequeñas, de proveer con este servicio a sus empleados. Este nuevo sistema le dará cobertura a 36 millones de ciudadanos que en este momento no la poseen, quienes se convertirán en nuevos clientes de las compañías de aseguradoras, sin que éstas puedan rechazar a pacientes con problemas de salud preexistentes, ni poner un cantidad económica máximo a cubrir. Y todo con un costo de 900 billones de dólares a cubrir en 10 años, como explicó el Presidente en su discurso ante la cámara baja el pasado septiembre.
ANÁLISIS
La industria sanitaria representa el 15% del PIB del país y en el primer semestre de este año empresas y grupos gastaron 240 millones de dólares en campañas y estrategias de lobby, aumentando el gasto de la industria de salud en lobby un 152%, según los datos del instituto Common Cause.
Uno de los grupos más activos en esta reforma ha sido el Pharmaceutical Research and Manufacturers of America (PhRMA), que representa a treinta y dos compañías de medicamentos entre las que se encuentran Pfizer Inc., Merck & Co., Johnson & Johnson.
Estrategia: PhRMA mantuvo desde el comienzo de la reforma una lobby de altura, ya que hablamos d e un grupo de presión con presencia notable y significativa en el Congreso.
El objetivo es impedir que el nuevo plan de salud supusiera un descenso en sus beneficios por la venta de medicamentos-marca.
Timing: aunque la farmacéutica lleve trabajando en ella desde que Obama presentara la intención de elaborar la reforma sanitaria, la labor más intensa la desarrollaron durante los meses de abril, mayo y junio, con un presupuesto de más de 40 millones de dólares en lobby en el Congreso, aunque PhRMA nunca lo admitió públicamente.
Mensajes: durante el tiempo de negociaciones con el Congreso trabajaron el lobby de base a través de anuncios: "We need good coverage people can afford". O con declaraciones del CEO de PhRMA, el ex congresista de Louisiana, Billy Tauzin, promocionando el apoyo del consorcio de una revisión de salud: “Los pacientes son nuestra primera preocupación". También ha participado, durante los últimos meses, en numerosos programas televisivos y radiofónicos explicando el posicionamiento de la farmacéutica.
Resultados:
En junio la presión fue más directa y sentenciaron un pacto secreto con la Casa Blanca. Así, de acuerdo a The New York Times del 7 de agosto, PhRMA apoyaría el plan de Obama con $80 mil millones de dólares en reducción de costos, en un periodo de 10 años, comprometiéndose a proteger a la industria farmacéutica de cualquier costo que exceda esa cantidad.
LA PELOTA ESTÁ AHORA EN EL SENADO
El grupo mantuvo su actividad durante el tercer y cuarto trimestre del año, mientras Obama ejecutaba su propio lobby ante el Congreso con la comparecencia del 8 de septiembre y el plan iba hacia adelante. Pero en el último mes sus intereses se están viendo amenazados.
El Senado que custodia ahora el plan y trabaja en él para su aprobación o reforma, debatió el pasado viernes la posibilidad de permitir importar medicamentos de Canadá y algunos otros países. Medida a la que PhRMA se opone categóricamente diciendo que el gobierno no podrá garantizar la seguridad de los medicamentos importados.
En junio la presión fue más directa y sentenciaron un pacto secreto con la Casa Blanca. Así, de acuerdo a The New York Times del 7 de agosto, PhRMA apoyaría el plan de Obama con $80 mil millones de dólares en reducción de costos, en un periodo de 10 años, comprometiéndose a proteger a la industria farmacéutica de cualquier costo que exceda esa cantidad.
LA PELOTA ESTÁ AHORA EN EL SENADO
El grupo mantuvo su actividad durante el tercer y cuarto trimestre del año, mientras Obama ejecutaba su propio lobby ante el Congreso con la comparecencia del 8 de septiembre y el plan iba hacia adelante. Pero en el último mes sus intereses se están viendo amenazados.
El Senado que custodia ahora el plan y trabaja en él para su aprobación o reforma, debatió el pasado viernes la posibilidad de permitir importar medicamentos de Canadá y algunos otros países. Medida a la que PhRMA se opone categóricamente diciendo que el gobierno no podrá garantizar la seguridad de los medicamentos importados.
Si está propuesta se aprueba en votación el acuerdo entre el grupo y la Casa Blanca quedaría roto. Y, como declaró el pasado viernes el principal patrocinador de la propuesta, el senador Byron L. Dorgan, demócrata de Dakota del Norte: "La gente está caminando sobre cáscaras de huevo. Si pasamos la legislación permitiremos a las personas la libertad de importar medicamentos. Entonces, la industria farmacéutica no podría apoyar el proyecto de ley de salud ".
Por tanto, aunque el plan cada vez está más cerca de ser aprobado, PhRMA no puede dejar de trabajar porque toda la inversión de los últimos meses podría caer en saco roto si el Senado añade algunas reformas que les perjudique.
Por tanto, aunque el plan cada vez está más cerca de ser aprobado, PhRMA no puede dejar de trabajar porque toda la inversión de los últimos meses podría caer en saco roto si el Senado añade algunas reformas que les perjudique.
Susana Corta Martínez
Más una excelente contribución para entender mejor la complexidad y importancia de la Health Care Reform en los Estados Unidos. Debe ser leído en conjunto con el post de Fernando. Subrayo la pesquisa que hiciste, de gran calidad y notable trabajo.
ResponderEliminarAbrazo,
António Vieira da Cruz.
A diferencia de MoveOn, los intereses de la industria farmacéutica son más difíciles de conciliar con el interés general lo cual imposibilita un lobby de base que vaya más allá de apariciones en medios de comunicación. Sin embargo, para su labor de lobby cuentan con grandes presupuestos con los que contratar a un buen equipo y garantizarse el acceso a personas clave y medios de comunicación.
ResponderEliminar9 puntos.
ResponderEliminarAVC.
Mi votación de 7 puntos es para ti. Bien estructurado y definido. Das respuestas a todos los puntos clave. Tal vez estuviera bien haber establecido la relación de PhRMA con el Partido Republicano y sus acciones concertadas. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarEnhorabuena.
Aleix
3 puntos para PhRMA
ResponderEliminar3 puntos para PhRMA (el de arriba soy yo)
ResponderEliminarEs interesante ver una de las muchas "caras" que afecta (positiva o negativamente) la reforma de salud de Obama. Será interesante ver que se deriva de todo esto o que acciones/acuerdos piensa tomar la industria farmacéutiva, pues no todo el mundo puede ganar.
ResponderEliminarPUNTOS: 3
2 puntos para este trabajo, creo que en este tema en especial se rema contra corriente porque el tema de estas empresas se ha jugado en el terreno de la política, muy bien explicado!
ResponderEliminarTema muy en boga. Y, tal y como apunta Mikel, desde una posición, sino más complicada, diferente a la de Move On, puesto que el pacto entre el lobby farmacéutico y el gobierno gira en torno a un tenso proteccionismo, por parte de la Administración Obama, que saltaría por los aires con cualquier movimiento liberalizador (del mercado) por parte de los demócratas.
ResponderEliminarCaso de lobby directo que, gracias a West Wing, todos somos capaces de visualizar.
7 puntos
Un abrazo
Alfredo
Muy bien explicado y un tema de actualidad.
ResponderEliminarUn gran ejemplo de lobby de altura, con ciertas dosis de lobby de base. Lo más sorprendente es el presupuesto 40 millones!!!
Estaré pendiente de lo que sucede con el pacto de "cabelleros" que hicieron.
Buen trabajo te doy 1 punto porque no me quedan más!!!
Mis 8 puntos para este caso. Es un tema muy actual en el que logras describir muy bien la estrategia utilizada. Me gusta mucho el recurso que utilizas de "hipertexto" con referencia a otras páginas.
ResponderEliminarAl menos yo espero para el pueblo americano que el lema de "We need good coverage people can afford" termine siendo una realidad. Felicidades.