Por M. Alejandro Moledo del Río
Clic para ampliar. Fuente: El País. |
Una vez asentada la democracia en España y por consiguiente los derechos humanos de los convictos, en los años ochenta existía una amplia concentración de presos cercana al País Vasco y se facilitaba el contacto y las visitas. Esto provocó que algunos reclusos incluso pretendieran mantener la jerarquía del exterior y su operatividad (aunque fuera sólo decisoria) en ETA. Tras las frustradas negociaciones de Argel entre el Gobierno y la banda terrorista, en 1989 se comienza a aplicar la dispersión de presos de ETA. Aunque la ley afirma que los reclusos han de estar cerca de sus lugares de residencia para facilitar su reinserción, el Estado argumentó que para lograr esta reinserción, con los presos de ETA se debía actuar de diferente manera, es decir, evitando su concentración y, por tanto, la retroalimentación de sus convicciones etarras.
En lo relativo a los presos, los objetivos tanto de éstos como de los agentes sociales y políticos afines han transitado entre la exigencia de la amnistía para todo ellos (Presoak kalera, los presos a la calle), hasta el acercamiento a Euskadi (Euskal Presoak Euskal Herrira, Los presos vascos al País Vasco). Desde la ruptura de la última tregua, la voz de los presos ha tomado cada vez más protagonismo por sus discrepancias con la organización de la banda. Así, su objetivo actual es que el Gobierno central deje de aplicar la dispersión y les acerque al País Vasco. Esta reivindicación y sus acciones para lograrla se ha intensificado en gran medida en el último año y sobre todo tras el cese definitivo de la violencia por parte de ETA, anunciado el pasado 20 de octubre. El grupo de presión que persigue este objetivo está formado por los propios miembros y presos de ETA, parte de la sociedad vasca y las formaciones políticas nacionalistas del País Vasco.
El colectivo de presos de ETA, autodenominados como EPPK, Euskal Preso Politikoen Kolektiboa (Colectivo de Presos Políticos Vascos) intervienen principalmente a través de cartas y comunicados bien de forma colectiva o personal. A comienzos de este año, históricos miembros de ETA condenados presionaron a ETA para que abandonara la lucha armada, tal fue el caso de Valentín Lasarte o Garikoitz Aspiazu, alias Txeroki, en la misma línea que marcó otro grupo de presos de ETA también autodenominado “Presos comprometidos con el irreversible proceso de paz”, expulsados en 2010 de la banda terrorista por disidentes. Sin embargo, tras un fuerte debate interno, en septiembre de 2011, EPPK se adhiere al Pacto de Gernika mediante un comunicado histórico que apuesta por las vías únicamente políticas. Este pacto, además de instar a ETA a su disolución, también incluye las reivindicaciones más importantes de los presos dirigidas a los estados francés y español. Finalmente, tras la conferencia internacional de San Sebastián, ETA pone fin a la violencia un mes antes de las elecciones generales y los presos comienzan a solicitar beneficios penitenciarios y animan a votar a Amaiur en las elecciones generales. Una vez concluida la estrategia de forzar el final de ETA, los presos reclaman el acercamiento a cárceles de País Vasco y Navarra.
Santos Cirilo (El País). Manifestación en Bilbao a favor de los presos de ETA (12-06-2011). |
Por último, desde la política también se ha puesto en el centro del debate la situación de los presos de ETA. El principal partido nacionalista hasta la fecha, el PNV, que gobernó la comunidad autónoma vasca durante tres décadas, aunque en contra de ETA, siempre ha defendido la reagrupación de los presos, reclamándole al Estado la cesión de las competencias penitenciarias. De ahí que el Parlamento Vasco tenga casi una decena de resoluciones en este sentido y sólo una en el contrario (gracias al cambio de gobierno en 2009). Durante los sucesivos gobiernos nacionalistas, se concedían subvenciones a los familiares de los afectados por la dispersión para ir a visitarles. Más próximos a las tesis de ETA, Bildu/Amaiur y en general la conocida como izquierda abertzale, en la que se integran partidos y sindicatos ilegalizados con otros que están operando en la legalidad actualmente, han llevado a cabo muchas muestras de apoyo a la causa de los presos de la banda. Dos ejemplos: en las pasadas fiestas de verano en Vitoria, el diputado general de Guipúzcoa, Martín Garitano (Bildu) invitó a dos representantes de Etxerrat al balcón consistorial desde donde se lanzó el chupinazo, y ayer mismo el gobierno de Garitano se unió a un ayuno colectivo para apoyar a los presos de ETA. En el acto celebrado ayer, la izquierda abertzale dio un paso más y manifestó su “pesar” por las víctimas del conflicto vasco, (tanto las de ETA, como la de los estados francés y español). Asimismo, se tiene constancia de que internamente la izquierda abertzale está intentando acelerar el desarme de ETA para que sus reivindicaciones con respecto a los presos sean escuchadas.
Javier Etxezarreta (El País). Martin Garitano saluda a familiares de presos de ETA en la festividad de San Ignacio, en Loyola (22-08-2011). |
La clave de este caso es, para mi gusto, la fuerza de sus partes. Sociedad civil y representantes políticos con acciones distintas y específicas, pero unidos en una estrategia común. Ese poder de organización es lo que le da sentido al movimiento. Han logrado ser percibidos de forma conjunta, y no como grupos separados, con propuestas de soluciones dispersas y sin conexión entre ellas (especialmente si se trata de un tema tan sensible para la sociedad española, como todo lo relacionado con ETA).
ResponderEliminarBuen análisis y uso de argumentos de Alejandro.
Por Alejandra Sepúlveda.
Raquel Delgado
ResponderEliminarBuen análisis de un tema complejo, Alejandro. Lo cierto es que, hasta que ETA no abandone definitivamente las armas, el Gobierno de España no debe ceder a ningún tipo de presión. Pienso que la paz en el País Vasco pasa, también, porque la banda terrorista pida perdón a las víctimas y las asociaciones de presos abandonen su tradicional lenguaje combativo. Si Euskadi ya no está en guerra y los concejales constitucionalistas no necesitan guardaespaldas, el eventual acercamiento de presos debe ser entendido como un paso más hacia la normalidad y no como un logro fruto de acciones de lobby como las protestas y los homenajes.
Me parece que las acciones de lobby de parte del Colectivo de presos de ETA para agrupar los presos de la banda terrorista en el País Vasco tiene sentido, ahora que anunció hace unos meses su desarme total. Observamos que tal como la comunicación y la organización entre sus miembros durante los años de lucha eran buenas, sus acciones de movilización actual entorno a sus presos es muy organizada, yendo hasta involucrar representantes políticos. Aunque no tenga mucho conocimiento sobre la historia de Euskadi, me parece que la demanda de la parte de las familias de los presos sea entendible, temo que agruparles todos en el País Vasco seria correr un riesgo, aunque sea muy pequeño, de reanimar la banda por la cercanía de sus hombres más fieles.
ResponderEliminarPor Anaïs Clément.
El lobby contra la dispersión de los presos de ETA es uno de los más activos en País Vasco y Navarra. Destaca por su amplia ramificación que aglutina a los sectores político, económico y social. Cuenta con una gran fuerza y sus acciones tienen una amplia repercusión en los medios de comunicación. Su labor, como la de cualquier lobby, no destaca por conseguir resultados en el corto plazo. Sin embargo, parece probable que si se mantiene el cese definitivo de las acciones armadas de la banda terrorista ETA el objetivo del lobby de acabar con la dispersión de los presos etarras y acercarlos a las cárceles del País Vasco estará más cerca de lograrse.
ResponderEliminarPor Javier Felones