domingo, 18 de diciembre de 2011

El lobby judío en Estados Unidos


Javier Felones

El lobby judío que controla la Casa Blanca y la Reserva Federal  no reza en las sinagogas sino en la Catedral de Wal Street, donde la suprema religión son el dólar y los negocios entrelazados por todo el planeta. En Wall Street, el templo supremo del dinero sin fronteras, no se reza sino que se cotizan anualmente títulos, bonos y acciones por más de 12 billones de dólares . Casi el equivalente a 2 veces el PBI anual de 180 países en vías de desarrollo.

Es dinero volátil. Reproduciéndose y concentrándose a escala planetaria. Pero con un punto de regreso y refugio preciso: la Reserva Federal norteamericana controlada por grupos minoritarios judíos. El capitalismo no tiene fronteras. Pero el dólar, su moneda patrón, solo atiende en EEUU, más precisamente en Nueva York, donde reside el patriciado financiero judío que sale en los ranking de Forbes o de Fortune.

Los tres principales bancos y las tres primeras instituciones financieras del lobby recibieron una tasa de beneficios superior a los 50.000 millones de dólares en 2006, equivalente a más de 35  presupuestos anuales de un país como Bolivia. Las tres principales cadenas televisivas de EEUU (CNNABCNBC y Fox) , los tres principales diarios (The Wall Street JournalThe New York Times y The Washington Post) están controlados y gerenciados (a través de paquetes accionarios o de familias) por grupos del lobby judío, principalmente neoyorquino. Lo mismo ocurre con las tres más influyentes revistas (NewsweekTime y The New Yorker), y consorcios hegemónicos de Internet como Time-Warner (fusionado con América on Line) o Yahoo, que están controlados por gerencia y capital  judío que opera a nivel de redes y conglomerados entrelazados con otras empresas. Colosos  del cine de Hollywood y del espectáculo como The Walt Disney Company, Warner BrothersColumbia Pictures, Paramount, 20th Century Fox, entre otros, forman parte de esta red interactiva del capital sionista.

Consecuentemente, el sector  mayoritario hegemónico de la información, la cultura y el espectáculo difundidos a escala masiva (que marcan tendencias y valores sociales, y son claves para el control ideológico y el direccionamiento de conducta colectiva) están en manos del lobby judío que, a su vez,  controla los resortes básicos del poder económico y político estadounidense. Tanto las "cuatro grandes" contratistas del complejo militar-industrial (Lockheed Martin, Boeing, Raytheon, General Dynamics ), como las "cuatro hermanas" ( Exxon-Mobil, Chevron-Texaco, Royal Dutch Shell y BP) que monopolizan la extracción y comercialización del petróleo a escala mundial, no hablan de religión ni de sinagogas, sino de negocios y de acciones que se capitalizan en la bolsa de Wall Street.

Citigroup, Goldman Sachs, IBM, Microsoft, Coca-Cola, por ejemplo, no hablan de religión ni de sinagogas: hablan de mercados, valores, negocios y utilidades. Desde Homer Simpson a Spielberg, desde Bill Gates a la CNN, desde la mega-industria de la música y el espectáculo de Hollyvood, al templo mundial de las finanzas de Wall Street, desde Exxon a Locked Martin, todo lo que se respira en el mundo está regulado y controlado por la exclusiva familia del lobby judío ramificada por el planeta. No se trata de una afirmación meramente analítica, sino de una realidad estadística, verificable, y comprobable.

Cuando se investiga a fondo cualquier sistema económico productivo de cualquier país de la tierra, en su sistema económico-financiero, en las cámaras industriales, comerciales y de servicios, en los grandes consorcios de la comunicación y de la cultura, en el negocio del entretenimiento, casi siempre dominan paquetes accionarios controlados por judíos, quienes además ocupan los puestos claves de decisión y gerencia. Cuando hablamos de lobby judío, no hablamos de religión o de sinagoga sino de un poder mundial controlado en sus resortes decisivos por grupos minoritarios de origen judío, y conformado por una estructura de estrategas y tecnócratas que operan las redes industriales, tecnológicas, militares, financieras y mediáticas del capitalismo trasnacional extendido por los cuatro puntos cardinales del planeta.

Cuando hablamos de lobby judío, hablamos de un diseño estratégico de poder mundial, interactivo y totalizado, que se concreta mediante una red infinita de asociaciones y  vasos comunicantes entre el capital financiero, industrial y de servicios que convierte a los países y gobiernos en gerencias de enclave.
Cuando hablamos de lobby judío hablamos de un poder mundial sionista que es el dueño del Estado de Israel tanto como del Estado norteamericano, y del resto de los Estados con sus recursos naturales y sistemas económico-productivos, sencillamente porque controla el capital y los medios de producción que mueven a esos países.

El complejo entramado de "vasos comunicantes" entre el capitalismo financiero, tecnológico, industrial, de servicios, informático y comunicacional (controlado mayoritariamente por grupos del lobby judío) revela un grado increíble de concentración, diversificación, e intereses comunes de las megacorporaciones transnacionales que se dividen el planeta como un gran mercado. Las redes del sistema capitalista globalizado, cuyas filiales y casas matrices pueden estar en Europa, Asia, o en cualquier continente, tienen su terminal en Wall Street o en el Complejo militar-industrial de EEUU, controlado por el lobby judío desde Washington y Nueva York.

El que quiera comprobarlo no tiene nada más que investigar la composición accionarial, los niveles gerenciales, y los vasos comunicantes empresariales de los bancos, financieras, empresas, medios de comunicación (los famosos "monopolios"), que hegemonizan la actividad económico-productiva de la mayoría de los países del mundo. El lobby no solamente está en la Casa Blanca sino que abarca todos los niveles de las operaciones del capitalismo trasnacional, cuyo diseño estratégico está en la cabeza de los grandes charmans y ejecutivos de bancos y consorcios multinacionales  que se sientan en el Consenso de Washington y se reparten el planeta como si fuera un pastel. Cuando hablamos del lobby judío, no hablamos de religión sino del sistema capitalista, cuya existencia y modus operandi de explotación del hombre por el hombre esconden los medios de información, comunicación y cultura, en manos del lobby judío, cuya existencia se puede verificar en cada país solo con investigar los paquetes accionarios y los niveles gerenciales de las empresas que monopolizan el sistema económico-productivo."


2 comentarios:

  1. La comunicación juega un papel muy importante en el lobbying porque tiene que ver con la imagen. Una de las notas salientes de este caso es el dominio de los medios de los grandes grupos de comunicación para mostrar su mejor cara a la opinión pública.
    Además, el control de los medios de comunicación hace del lobbying judío de gran relevancia para los políticos.

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  2. Por Juliana Pineda.

    Me llama mucho la atención este caso. Me impresiona ver cómo este es un lobby que se encuentra en cualquier parte del mundo. No sólo esto, estamos hablando de un grupo social que logra permear los ámbitos políticos y económicos de los países y sectores más poderosos a través de un lobby de altura y grass top de tal magnitud y envergadura que se hace en todos los ámbitos de una sociedad, que todos podemos asumir que se hace, pero cuyas acciones de lobby no son públicas.

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