martes, 20 de diciembre de 2011

Huelga general vs. Hugo Chávez


Por Elitzé Matheus F.

Uno de los temas más controversiales en la política venezolana, y al cual se refiere el presidente Chávez cada vez que tiene oportunidad, es el supuesto Golpe de Estado del año 2002, el cual lo sacó del poder durante tres días. Digo "supuesto" porque la controversia gira en torno a si de verdad fue un Golpe de Estado o un vacío de poder. Sea como sea,  lo que sí está claro es que este hecho se produjo debido a la presión que ejercieron varios sectores de la sociedad hacia el Gobierno para que se generara un cambio en la manera de dirigir el país. Claro que, para entender el porqué de esta presión, es necesario conocer el contexto político que se vivía entonces.

Lo primero que hay que destacar es el paquete de 49 decretos que lanzó el presidente Chávez a través de la ley habilitante, la cual le permite dictar decretos con fuerza de ley en cualquier materia que le parezca conveniente (http://marval.ve.tripod.com/amv/id9.html). Este paquete de nuevas leyes potenciaba el poder del Estado y socavaba el espacio del sector privado en el país, lo cual hizo que la oposición emprendiera una campaña para desacreditar su valor.

Como respuesta a los decretos dictados por el Presidente, Fedecámaras (principal organización de gremios empresariales en Venezuela: www.fedecamaras.org.ve) convocó a una huelga general durante un día, a la cual se unió la estatal petrolera PDVSA. Su intención era presionar al Ejecutivo Nacional para que cambiara su política de gobierno o dimitiera. Y aún cuando el 80% de las empresas junto a la tercera petrolera del mundo detuvieron sus actividades, no hubo cambio alguno. A la par de esta protesta, se llevaban a cabo manifestaciones multitudinarias -a las que llamamos "marchas"- a lo largo y ancho del país (http://www.venelogia.com/archivos/460/). La sociedad civil se lanzó a las calles a protestar y a exigir un cambio en el Gobierno, ya que poco a poco se hacía patente la naturaleza poco democrática del Primer Mandatario.

Luego de la huelga general, Chávez contestó con una medida extrema: despedir la plana mayor de Petróleos de Venezuela (PDVSA), por gerentes apuntados por gobierno. En la opinión de la oposición, de los empresarios y de parte de los empleados de la petrolera, el Presidente violentó con estos cambios una larga tradición meritocrática; en opinión del gobierno, se reactivó el motor y la columna de la economía venezolanas. Durante más de tres meses las exportaciones se vieron mermadas creando un enorme déficit e inflación en el país. El gobierno tuvo que comenzar a importar gasolina para cubrir la cuota nacional y miles de venezolanos se vieron en largas filas de días para poder llenar el tanque de sus vehículos. 

Ante esta situación de abuso por parte del Gobierno Nacional, los cuadros gerenciales de PDVSA se unieron con grupos sindicales de la oposición representados por la CTV (Confederación de Trabajadores de Venezuela), empresarios, partidos políticos y algunas televisoras privadas para convocar otra huelga general, pero esta vez con carácter indefinido. Se buscó la unidad para exigir nuevamente al Presidente de la República que se retractara de sus acciones. En este punto, hay que resaltar que ya no sólo se protestaba por el despido de los trabajadores de PDVSA, sino que veníamos de una cantidad de abusos anteriores como la concesión de  la Ley Habilitante al Presidente, los 49 decretos que quitaban espacio a la empresa privada y una crisis social y económica muy profunda.

El 11 de abril, el tercer día de la huelga, las protestas se convirtieron en disturbios, y una marcha contra el Gobierno fue desviada de su recorrido hacia el palacio presidencial de Miraflores. Ante estos hechos, el Presidente Chávez ordenó a los militares activar el Plan Ávila, y la televisora oficial Venezolana de Televisión empezó a realizar llamados a todos los simpatizantes de chavismo a que saliesen a "defender la revolución". Para cuando la marcha opositora se acercó a Miraflores, se encontraron con una concentración de apoyo al Gobierno y varios efectivos militares. Ocurrieron entonces enfrentamientos armados entre la Policía Metropolitana, el Ejército y grupos, que produjeron varios muertos y heridos. La presencia de francotiradores y los enfrentamientos con la Policía Metropolitana dejaron 19 muertos y cientos de heridos, tanto opositores como partidarios al Gobierno. De inmediato, líderes de la oposición, empresarios y sectores políticos y sociales acusaron al Gobierno central de haber planificado las acciones violentas. Poco después, ante el caos que se vivía en el país y la presión ejercida por los sectores mencionados con anterioridad, el Ministro de la Defensa, General en Jefe Lucas Rincón -quien hoy ejerce como Embajador de Venezuela en Portugal-  anunció la renuncia del presidente Chávez (http://www.youtube.com/watch?v=X7FZxqTjrtw).

El 11 de abril del año 2002 representa un hito en nuestra historia porque no sólo se originó un caos social para exigir la renuncia del Primer Mandatario, sino que además se logró el objetivo. Sólo que, a mi parecer, no trazaron una buena estrategia a la hora de conformar el nuevo Gobierno. Lo primero que debieron haber logrado era sacar a Chávez del país, porque aunque había renunciado seguía dentro de Venezuela. Y luego, tuvieron que haber conformado una Junta de Gobierno temporal al mando del Vicepresidente de la República, como lo establece la Constitución. Pero no, se hizo todo lo contrario. Se organizaron algunos líderes de la oposición y escogieron al nuevo Presidente, un señor con trayectoria política pero poca notoriedad: Pedro Carmona Estanga, quien además, disolvió todos los poderes de la República, le cambió el nombre al país y por si fuera poco, se autojuramentó como Primer Mandatario Nacional. 

Como era de esperarse, este nuevo gobierno duró muy poco. Chávez logró convocar a sus seguidores y los llamó a defender la revolución. Esto originó un nuevo proceso de violencia en contra de los opositores y el Alto Mando Militar presionó al nuevo Presidente para que dejara su cargo. Cargo que, por supuesto, nunca fue suyo porque iba en contra de toda legalidad establecida en la Constitución. Por otra parte, los que quedaban del Gobierno "anterior" lograron traer de vuelta a Chávez y éste ocupó su cargo como Presidente, ignorando la renuncia que había firmado dos días antes. 

De todo lo anterior, se puede concluir que el hecho de que el Presidente Chávez dimitiera no se debe sólo a la presión generada por la huelga general, sino por los hechos violentos ocurridos en las marchas multitudinarias realizadas en su contra, porque si al caso vamos, el país no podía paralizarse a largo plazo. El paro nacional era intrínsecamente una medida cortoplacista, lo cual sirve para generar presión durante un tiempo, pero no para obtener beneficios en el futuro.

Por otra parte, se puede decir que hubo un error de estrategia a la hora de manejar la renuncia de Chávez. La oposición tenía claro que con el Paro Nacional pretendían hacer que el Presidente dimitiera. Muy bien, al final -sea por las razones que sea- se logró el objetivo. No era momento de inventar cargos y colocar como Presidente al primero que les pasara por delante; era el momento de seguir cabalmente la Constitución y conformar un Gobierno Interino legal. Otra vez, por estar pensando en beneficios a corto plazo, la situación se volvió en su contra y se obtuvo todo lo contrario a lo que se esperaba. Con lo cual, Chávez regresó fortalecido, la oposición se debilitó y además se aplicaron medidas más duras para censurar a todo el que pensara en contra del Presidente. 


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