domingo, 18 de diciembre de 2011

La Identidad Nacional francesa de nuevo en riesgo

Anaïs Clément


Últimamente, el jueves 8 de diciembre de 2011, se examinó y se votó, en primera lectura en el Senado francés, con 173 contra 166 votos, la proposición de ley de la mayoría de Izquierda, otorgando el derecho de voto a las elecciones locales a los extranjeros no comunitarios, sin permitir la elección al puesto de alcalde y tampoco de participar como gran elector a las senatoriales.


El debate había empezado en Francia en los años ochenta en torno al colectivo “aquí estoy, aquí voto” y con las 110 proposiciones de François Mitterrand, ex presidente del país y en esta época candidato de nuevo a la presidencial. Unos años más tarde, tres colectivos actúan de común acuerdo juntando organizaciones y asociaciones políticas para lanzarles una llamada y luchar contra el racismo, con el eslogan: “mismo suelo, mismos derechos/ un residente, un voto”. Presentada además ya una vez ante la Asamblea Nacional el 21 de Octubre de 1999, y primera vez que se debatió el asunto en el hemiciclo, este proyecto de ley había estado adoptado en primera lectura pero no se concretizó por rechazo del Senado.


Para qué pase esta ley, la Constitución tiene que estar modificada, y por eso, obtener el acuerdo del Senado, que estaba compuesto, estos últimos años, de una mayoría de la Derecha, hostil a la Reforma. Sin embargo, la Izquierda teniendo la mayoría en el Senado desde Septiembre, la historia se repite con una nueva propuesta de ley que hoy en día, tendría sus posibilidades de ganar, si el partido Socialista ganaba las próximas legislativas. Esta iniciativa se quedará entonces en el aire hasta las próximas elecciones presidenciales, en la medida o el actual Presidente de la Republica francesa, Nicolás Sarkozy así como los diputados de su movimiento de Derecha, UMP, se opusieron al proyecto.


Acercándose la temporada de las elecciones presidenciales en Francia, los grupos de presión en contra y a favor de la ley se apresan. Antes de que la ley pase ante el Senado el 8 de diciembre, unos actores en contra de ella manifestaron en la calle, con el fin de despertar la población francesa para que se oponga y que manifieste contra su votación. Estaban presentes, en las puertas del Palacio Del Luxemburgo en Paris, unas cien personas lideradas por Marine Le Pen, cabeza del partido del Frente Nacional, la Extrema Derecha francesa, y candidata a las presidenciales. Una asociación anti islam, Resistencia Republicana, también presente este jueves, tiene como fin de defender los fundamentos de la República francesa, y a este título, difunde que el derecho de voto tiene que estar otorgado solamente a los ciudadanos de nacionalidad francesa y que puedan tener derechos públicos solamente los individuos unidos a la nación por la nacionalidad. Trabajar y pagar los impuestos en Francia para tener el derecho de decidir de la política de un país no es suficiente. Si daban el derecho de voto a los extranjeros, seria, según Resistencia Republicana, un primer paso hacia una perdida lenta de la soberanía nacional, el derecho de voto siendo uno de los símbolos intocable del ejercicio de la ciudadanía. Antes de pensar a dar a los inmigrantes este derecho, el camino estaría largo, y tendrían que demostrar que quieren a Francia, que reconocen sus valores y que están dispuestos a defenderla, pidiendo la naturalización. Sin embargo, darles el voto seria permitir que impongan tradiciones contrarias a las de Francia, como de votar subvenciones sobre criterios, no de intereses comunes pero sobre criterios que podrían ser comunitarias o religiosos.


Otras asociaciones como el Comité nacional contra el derecho de voto de los extranjeros así como Ciudadanos contra el derecho de voto a los extranjeros, piden a la gente que firme sus peticiones para que los políticos “irresponsables” se den cuenta que los franceses están en contra esta ley, que los políticos oportunistas entiendan las consecuencias de sus actos y que por fin, habrá que demostrar hasta el fin que “los ciudadanos” lucharán como un frente común, de los francés de Francia, ¡para defender sus identidad!

En el Gobierno francés, el propio jefe del Gobierno, François Fillon, se posicionó claramente en contra al voto de la ley, en su discurso en el senado que pronunció el jueves 8, acusando la Izquierda de “trabajo socavando de los fundamentos de la República.”


Según el Ministro del Interior Claude Guéant, proponer este proyecto de ley antes de las elecciones presidenciales en el país, es una estrategia electoral recurrente del Partido socialista para hacer aumentar los votos a favor del Frente Nacional, y debilitar la Derecha Republicana. Además, frente a la crisis de imagen de los políticos en Francia, a falta de tener poco electorado en el pueblo francés, el PS se estaría buscando un nuevo pueblo electorado, muy grande, a través de los inmigrantes. “Votamos porque somos ciudadanos y somos ciudadanos porque Franceses”, añadió el Señor Guéant.


Según la Derecha francesa, un riesgo grande a lo cual los franceses podrían enfrentarse sería de perder poco a poco autoridad y territorio en su propio país, y de ver sus “valores republicanas como base de la sociedad francesa, entre cuales está la laicidad así como la equidad hombres mujeres, afectadas, corriendo el riesgo de ver las piscinas con horarios distintos según que estén frecuentados por hombres o mujeres, que los comedores escolares impongan una alimentación religiosa.” Además, el comportamiento de estos jóvenes inmigrantes cuando tienen 18 años no cambia radicalmente, del hecho que les ofrece el Gobierno francés, una tarjeta de nacionalidad francesa. Así, se preguntan que les va a asegurar que cambiarían realmente sus comportamientos con el voto. Vivir sobre el suelo francés y pagar unos impuestos hacen de estos hombres y mujeres parte de la vida social, pero no del cuerpo político. Hombres y ciudadanos son dos conceptos bien diferentes. Adoptar esta ley rompería la invisibilidad de la Republica que perdería su identidad. Pretender que unificaría la sociedad les parece una mentira: el pueblo francés se vería pasar de una unidad a una división entre comunidades y una emergencia de partidos con objetivos diferentes y una amplificación del peso de las minorías.


Ahora más que nunca se activan los lobbies en contra, que tienen hasta Junio de 2012 para difundir sus mensajes y animar el pueblo francés a no apoyar a la Izquierda. Más de 55% (según los sondeos del IFOP) de la población francesa está a favor de la proposición, así que la tarea queda larga.

2 comentarios:

  1. Además de que me parece una estrategia muy acertada por parte del PSF poner este tema en agenda para dividir a sus adversarios políticos, he de decir que me parece un caso muy claro de lobby. Por el texto me ha parecido que existe una cierta desorganización entre los distintos colectivos en contra de esta ley. Unos parecen más "radicales" que otros, lo cual es lógico, pero pienso que para los objetivos de este lobby sería mejor unificar asociaciones, mensajes y portavoces. Buen trabajo, Annaïs.
    Fdo. Alejandro Moledo

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  2. Estoy de acuerdo con Moledo, creo que es necesaria la unión para lograr la fuerza. La implicación de todas las autoridades políticas de la oposición es un gancho muy bueno, que adoptaría fuerza con la mencionada unidad. Además el hecho de que colabore gente de tan diversa ideología política pone en evidencia la poca credibilidad y aceptaciòn de la ley en Francia. No obstante, el movimiento acaba de empezar y aún tienen muchos meses por delante para concienciar a la población. Es un ejemplo muy bueno de grassroot, en el que la formulación del mensaje y la presencia de líderes políticos es fundamental para convencer y movilizar.

    Fdo. María Hortelano

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