domingo, 18 de diciembre de 2011

Yasuní: ¿Gobierno vs. Gobierno? (OK)
Por Bernarda Ortiz


5 de junio del 2007, el Gobierno ecuatoriano presenta oficialmente la propuesta de dejar bajo tierra 846 millones de barriles de petróleo en el campo ITT (Ishpingo-Tambococha-Tiputini) ubicado en el Parque Nacional Yasuní, en la Amazonía ecuatoriana, a cambio de una compensación internacional por la mitad de los beneficios que el país recibiría si dichas reservas fuesen explotadas.

¿Por qué propone el Gobierno no explotar este campo? Pues porque la riqueza del Yasuní no solo está bajo tierra, está también en su superficie. Este lugar ha sido identificado como el más biodiverso del planeta. En 982.000 hectáreas tiene más especies de árboles que Estados Unidos y Canadá juntos y alberga a cientos de especies de anfibios, reptiles, aves, mamíferos, entre otros. El Yasuní también es hogar de los Taromenani y Tagaeri, dos de los últimos pueblos del planeta en aislamiento voluntario.

Hace millones de años, el Yasuní desafió la era del hielo y se convirtió en refugio para miles de especies de plantas y animales. Ahora desafía a la explotación petrolera, de la mano de un Gobierno cuya iniciativa de preservar los recursos naturales se tropieza constantemente con sus confusas actividades de lobbying.


El “Plan B”, un obstáculo para el “Plan A”

El mensaje era claro, el Ecuador no explotaría el ITT, si en el plazo de 1 año se conseguían 3600 millones de dólares de la comunidad internacional, para sustituir parte del dinero que hubiese percibido en el caso de explotar el ITT. Sin embargo ambas alternativas no solo se desarrollaron simultáneamente, la segunda opción siempre fue una sombra sobre la primera, lo que confundió a la comunidad internacional y a los mismos lobistas nombrados por el Gobierno para promocionar la iniciativa, mientras otros representantes del mismo negociaban el ITT con petroleras.

El 26 de julio del 2007, se nombra a la estatal venezolana Petróleos de Venezuela S.A (PDVSA) como socia del proyecto Refinería del Pacífico, cuando se sabía que el objetivo de dicha refinería era procesar 100 mil barriles de crudo provenientes del ITT. El Gobierno concreta la construcción de una refinería para tratar el petróleo que está promocionando no explotar. Segunda contradicción, se conforma un consorcio integrado por las petroleras estatales ENAP (Chile), Petrobras (Brasil) y Sinopec (China) el 19 de agosto del mismo año, para plantear a Petroecuador (estatal ecuatoriana) un contrato de servicios específicos para la explotación del ITT.

El “Plan B” estaba en marcha, mientras el “Plan A” no daba ni el primer paso. A tan solo un mes de que se cumpla el plazo y sin acciones concretas, el Gobierno decide extenderlo para concretar la iniciativa hasta octubre del 2008. Un mes antes de cumplir el nuevo plazo, el entonces ministro de Energía, Galo Chiriboga, se reúne con miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) en Viena y ratifica que si hasta enero del 2009 no se reúnen los fondos requeridos, se explotará el crudo. Finalmente, el 5 de febrero del 2009 el presidente Correa, vía decreto, prorroga el plazo de no explotar el ITT de manera indefinida.

“Quédense con su plata y en junio empezamos a explotar el ITT”

El 22 de junio del 2008, un año después de oficializar la propuesta, se da inicio a la campaña promocional de recaudación económica en manos de una Comisión Técnica conformada por seis miembros. La herramienta de negociación, un fideicomiso administrado por el PNUD en el que se depositarían las contribuciones internacionales en apoyo a la iniciativa, sería firmado durante la Cumbre de Cambio Climático en Copenhague, entre el 7 y el 18 de diciembre del 2009. Sin embargo, debido a observaciones por parte de la Secretaría Jurídica del Gobierno, la Presidencia no suscribió el contrato.

Un mes después, el 9 de enero del 2010, el presidente Correa manifiesta que fue él quien impidió que se concrete el fideicomiso porque los países interesados querían asumir el control y administración de los recursos del fondo, los acusó de tratar al país como colonia. Esto provocó la renuncia inmediata de cuatro de los seis miembros de la Comisión Técnica, entre ellos la del presidente de la misma, Roque Sevilla, ex alcalde de Quito, y Yolanda Kakabadse, presidenta actual del World Wide Fund for Nature (WWF). Esto puso en riesgo las negociaciones con los posibles aportadores y empezó a minar la reputación del proyecto.


A continuación un video con las acusaciones del presidente Correa de que los donantes quieren imponer sus condiciones al Ecuador y la respuesta, del hasta entonces presidente de la Comisión, Roque Sevilla.




Nueva comisión, cifras confusas y contribuciones en proceso

Tras la desarticulación de la primera comisión negociadora, el presidente Correa designó a la ministra de Patrimonio, María Fernanda Espinoza, como coordinadora del proyecto Yasuní-ITT. Hasta entonces se contaba con el apoyo del Gobierno de España, que prometió aportaciones anuales a partir de ese año hasta el 2015; el apoyo de Italia, que aportó al fideicomiso 35 millones de euros mediante un programa de canje de deuda y el apoyo de Alemania y Chile. Según el Gobierno la iniciativa también generó interés en Irán, Emiratos Árabes Unidos y Turquía. Ivonne Baki, fue nombrada jefa de la Comisión Técnica, en sustitución de Roque Sevilla.

Lamentablemente la mayor parte de las contribuciones sigue en proceso, es decir no se han concretado aún y este mes se cumple el plazo propuesto por el Gobierno, de que si hasta diciembre no había compromisos concretos a la iniciativa, por lo menos de 100 millones de dólares, se podría decidir avanzar con el "Plan B”. Se procedió entonces a una serie de actividades contrarreloj, entre las que destacan la “yasunización” de los grassroots, con contribuciones de la sociedad civil a la iniciativa, sin embargo el apoyo monetario significativo proviene de los gobiernos extranjeros y por el momento no se concreta.

Planificación fallida

Este es un caso de lobby de base y directo. De base porque a través de las campañas sociales busca la sensibilización ante la protección del medio ambiente y directo porque dialoga con los gobernantes extranjeros que finalmente deciden si apoyan o no la campaña.

Se evidencian dos errores que entorpecen la labor de promoción del proyecto y que se cometen a partir del lanzamiento oficial de la campaña. Primero, no referirse a un solo mensaje sino a dos -“Plan A” y “Plan B"- y con esto generar duda en los posibles aportantes a la campaña. Segundo, no concretar un plazo fijo, con tantas extensiones los objetivos se confunden y la iniciativa pierde interés.

El tercer error que concluye, por el momento, con un caso de lobby frustrado, son los constantes cambios en la integración de la Comisión Técnica, que seguramente generaron desconfianza en los posibles aportadores que se juegan millones de dólares en un proyecto que no aterriza.

Cabe preguntarse entonces ¿quiere o no el Gobierno explotar el campo ITT? Creo que la negociación con las petroleras ha sido exitosa mientras que las actividades de lobbying por distintos miembros de la Comisión han fracasado, con contadas excepciones. 


A continuación una entrevista al ex presidente de la Comisión, Roque Sevilla, en la que critica la actitud del Gobierno ecuatoriano.






Fuentes: 

Prensa:
  • "Correa quiere proteger Yasuní, pero también es pragmático y realista". Entrevista a Ivonne Baki en El País publicada el 23 de noviembre 2011. 
  • "Plan B", el mayor obstáculo para que se concrete apoyo a Yasuní. Reportaje de El Universo publicado el 31 de julio.







5 comentarios:

  1. Me gusta el análisis crítico que hace Bernarda confrontando las dos posturas del gobierno (medioambiental y económica). Tal y como se expone, la línea argumental y las acciones corren por carriles diferentes, quitando seriedad y confianza en el objetivo inicial planteado por el gobierno ecuatoriano acerca de salvaguardar al yasuní. Una estrategia de lobby -de altura, de base o cualquiera de sus formas- debe cumplir con dos factores básicos: la coherencia a lo largo de todo el proceso y la consistencia de cada una de sus acciones.
    Por Alejandra Sepúlveda.

    ResponderEliminar
  2. En este caso lo que más me llama la atención es la poca claridad de los mensajes emitidos por el gobierno de Ecuador.Mensajes confusos y contradictorios.
    Esto queda de manifiesto cuando se apela a recabar fondos apelando a una estrategia de grassroots y esta no prospera.

    ResponderEliminar
  3. Tema intenso y complejo. Desde un punto de vista personal no entiendo cómo un gobierno está pidiendo dinero a otros para no explotar un paraíso natural que supuestamente sabe que debe respetar.
    Centrándome en el análisis del caso, creo que es una buena interpretación crítica de los errores y contradicciones que ha tenido el Gobierno de Correa, sin embargo me gustaría conocer más acerca del apoyo popular y cómo se ha organizado la sociedad civil para preservar -o no- el Yasuní, además de aportaciones económicas.
    Fdo. Alejandro Moledo

    ResponderEliminar
  4. Este caso pone de relevancia diversas cuestiones relacionadas con la práctica del lobby. La primera de ellas, que los objetivos deben estar muy claros. En este sentido, el lobbista tiene que hacer una apuesta clara y pelear por ella; lo que a su vez le lleva a creer en lo que hace. Jugar a dos bandas, como en este caso hace el gobierno ecuatoriano, difumina el mensaje y merma la confianza de aquellos a los que se dirige.
    Por otro lado, creo que aunque el caso exigía una fuerte estrategia de grasstop a nivel internacional, la movilización de las bases debería haberse iniciado antes. Esta podía haber servido como complemento al lobby de altura, para transmitir la idea de que todo el pueblo ecuatoriano apoyaba la iniciativa.
    Finalmente, como explica Bernarda, también considero que hay un problema de tiempo. Los plazos se gestionaron mal porque no se entendió que el lobby es una actividad dirigida al largo plazo más que al corto. Por eso, creo que el error fue plantearse plazos muy cortos que no se podían cumplir, porque una estrategia como esta, llevada a cabo en un ámbito tan internacional, requiere tiempo. Los plazos debían haber sido más largos, aunque a mitad de estos se hubiese planteado algunas metas más cortoplazistas de carácter cuantificable, para ir pulsando si se iba en el buen camino.

    Valvanera Lecha

    ResponderEliminar
  5. El caso expuesto por Bernarda es un claro ejemplo de lobby que desafortunadamente no ha arrojado resultados contundentes para Ecuador. Uno de los grandes errores del plan fue no contar con fines y objetivos claros que le permitan trazar plazos definitivos para la explotación o no explotación del campo ITT; siendo estos una base primordial para llevar adelante una labor de lobby. La fijación de plazos cortos para después ser extendidos se pudo ver como una manipulación que desfavoreció al trabajo de presentación de la iniciativa en varios países.
    De otro lado, intuyo que los errores cometidos podrían estar relacionados con una falta de personal especializado basto para llevar adelante las diferentes acciones en planificación y ejecución. En un grupo de Lobby es importante que se cuente con profesionales de diferentes ramas para fortalecer el posicionamiento del proyecto desde diferentes perspectivas.
    Como sugerencia me hubiera gustado que se cuente un poco más de las giras en Europa, Norteamérica y Asia que hicieron tanto los miembros del directorio de la iniciativa como el Gobierno comandado por el presidente. Fueron acciones de Lobby de altura que podían ser mencionadas, independientemente de sus resultados.

    Santiago Silva

    ResponderEliminar