sábado, 17 de diciembre de 2011

La paella, mejor al sol y con vistas al mar. MªCarmen Andrés



El turismo en la Comunidad Valencia representa el 14% del PIB, un turismo que depende principalmente del sol, la playa, la gastronomía… o mejor, todo junto. Y es que comer una paella o un arroz a banda con vistas al mar tomando el sol es una experiencia que solamente en una terraza de los populares restaurantes de la costa valenciana puede hacerse realidad. 

Fueron precisamente estas terrazas el objeto de la polémica que se desató en 2009, alcanzó su punto álgido en 2010 y finalmente comienza su resolución en 2011 y que tuvo como principales actores al Ministerio de Medio Ambiente, el Gobierno de la Comunidad Valenciana y los hosteleros valencianos, principalmente los de las pedanías de Pinedo y el Saler.

Claves:

  •  Los restaurantes de la costa marítima de la región de Valencia tienen un régimen de concesión. Por tanto, sus gerentes, aunque herederos de una larga tradición en este sector, no son propietarios de los restaurantes, si no que se dependen de una concesión que el Ministerio puede renovar.  Los restaurantes de Pinedo y el Saler se regulan por una concesión que caduca en 2015, mientras que la del Paseo Martítimo valenciano caducaba en 2007, año en el que se empezaron a realizar las negociaciones. Las autorizaciones de las terrazas se renuevan cada año. 
  •  La Ley de costas, actualizada en 1988, en su artículo 66, establece un máximo permitido de 150 metros cuadrados de ocupación por cada establecimiento, incluido interior y exterior. Sin embargo, desde 1999 se estableció un criterio de interpretación de la ley por la que se permitiría la instalación de terrazas de 150 metros, con posibilidad de ampliación y con una ubicación de acuerdo con la Ley de costas. 

         Además, en 1995 se obligó a los restaurantes a realizar una reforma por la que estos salían de las playas y se establecían en los paseos marítimos con unos criterios y parámetros iguales. 


El problema:
Durante las negociaciones de nuevas concesiones iniciadas en 2007, la Dirección General de Costas, dependiente del Ministerio de Medio Ambiente, realiza un envío de cartas a los restaurantes a finales de 2009 para anunciarles que en enero las terrazas deberían estar reducidas a 50m2, con penas de multas de hasta 100.000 euros en base a la Ley de Costas, alegando que los restaurantes junto a la playa alteran el litoral.

El gobierno convertía así en prohibición lo que se había estado autorizando desde 1999. Por esta razón, los restaurantes afectados, en Pinedo, el Saler y el Paseo Marítimo de Valencia (Malvarrosa), emprendieron una campaña de lobby grass top para defender su posición: la continuación de la interpretación de la norma por parte del Ministerio, ya que la eliminación de estas terrazas suponía la pérdida del 60% o 70% del negocio. La estrategia era recordar que habían estado trabajando desde 1999 con los parámetros y los metros que había establecido en su día el Gobierno.  


Los hosteleros entonces, a través de las diferentes asociaciones, la Federación de Hostelería de Valencia, la Confederación Empresarial de Hostelería y Turismo de la Comunitat Valenciana y la Asociación de Hosteleros del Paseo Marítimo de Pinedo y Saler, deciden realizar esta presión desde 3 puntos distintos. 

En primer lugar con un lobby basado en el grassroot, buscando el respaldo de la sociedad a través de recogidas de firmas y de la organización de eventos, como las paellas gratis un día en la playa, un evento que consiguió reunir a 12.000 personas que dieron su apoyo. En segundo lugar, mediante la introducción en la agenda política de un debate ejerciendo una gran presión mediática, haciéndose eco en todos los medios y realizando constantestes entrevistas por los portavoces de las asociaciones. En tercer lugar a través de la vía judicial, mediante recursos contencioso administrativos y finalmente una demanda en nombre de uno de los restaurantes.

 Además, el PP y el ejecutivo valenciano, desde el inicio de la polémica, salió en defensa de los restaurantes, apoyándoles en todas las acciones que emprendían y ejerciendo una fuerte presión sobre el Gobierno central, de diferente color político. En este aspecto, realizaría una gran ejercicio de lobby de altura reclamando la competencia en la gestión de las concesiones y permisos en los paseos marítimos para la Comunidad Valenciana, tal como ya sucede en Cataluña o en Andalucía y denunciando un trato desigual al resto de lugares costeros gobernados por el PSOE. 

De este modo, hosteleros y Gobierno valenciano se apoyarían mutuamente, consiguiendo ambos un beneficio económico con el mantenimiento de los metros establecidos anteriormente 

Los resultados:
Los resultados en algunos casos y momentos como octubre de 2010, fueron desesperanzadores, al verse obligados algunos restaurantes a derribar parte de sus instalaciones. Sin embargo, en Pinedo y El Saler, los hosteleros decidieron hacer frente a la posibilidad de una multa y no realizaron las reformas trasladando con mayor énfasis su desacuerdo.

Finalmente, y tras ejercer una gran presión sobre el Gobierno, se produjo una modificación del gobierno en Noviembre de 2010, entre la que se encontraba la cartera de Medio Ambiente. Con  la llegada al Ministerio de Rosa Aguilar, la situación se mitigó al estar ésta más predispuesta a llegar a un acuerdo. En noviembre de 2011 se hizo pública la noticia de la no ejecución de la sentencia que obligaba a estos restaurantes a desmontar sus terrazas, de forma que conseguirán de momento sus concesiones que les permiten continuar con el negocio. 


Además, antes de las elecciones del 20N ya empezaba a ser una realidad la transferencia de las competencias requeridas por el gobierno valenciano, aunque es un trámite que por escasez de tiempo quedaba pendiente para el próximo Gobierno del PP.

Conclusiones:
La presión ejercida por parte de los hosteleros y el Gobierno valenciano fue indispensable para lograr hacer llegar a la sociedad valenciana través de los medios y de las acciones públicas la problemática a la que se enfrentaban y presentarla como un problema que afectaría a todos los ciudadanos y al turismo, eje básico de la economía valenciana, y como una medida arbitraria e injusta por parte del Gobierno central.

Se produciría un resorte muy efectivo para hacerse eco de las opiniones sociales y de los hosteleros, lo cual fue decisivo en las consideraciones y las reacciones del Gobierno central. Finalmente la solución ha llegado de la mano de una nueva ministra, pero no se puede olvidar que la presión se había ejercido previamente y que se había conseguido un gran conocimiento y un debate en la región, con una postura mayoritaria favorable, sobre el tema en cuestión.

Sin embargo, creo que se debía haber unificado más el mensaje por parte de los hosteleros, haber explicado mejor los antecedentes de la problemática y haber tenido un único portavoz para que los mensajes no quedaran difusos y aparentemente provenientes de distintos lugares con diferentes intereses concretos.

5 comentarios:

  1. Más allá de la efectiva estrategia de grasstop,y de las implicancias políticas del caso, creo que esta caso resalta la importancia que tiene en el lobbying trabajar con especialistas de otras áreas. En este caso en particular, en que hay temas legales de por medio, es de tremenda importancia que el lobbying se sirva de la ayuda de abogados.

    ResponderEliminar
  2. Gran análisis de MªCarmen, muy bien estructurado y con unas conclusiones muy claras y críticas. Es un buen ejemplo de grassroots y grasstops. Me ha interesado mucho conocer las acciones puestas en marcha por los hosteleros, puesto que, como valenciano, doy fe de que pusieron efectivamente este problema en agenda. Los hosteleros consiguieron que los valencianos se pusieron mayoritariamente de su parte, ya que, (y puede que hubiera sido bueno mencionarlo en este análisis), ni el Gobierno Central, ni el PSPV-PSOE defendieron con claridad y unidad su postura. Por consiguiente, fue una batalla fácil (y merecida) de ganar para este grupo de presión de chiringuitos valencianos, la cual, también cabría decir, pudo ser aprovechada políticamente por el PP valenciano.
    Por lo demás, creo que MªCarmen acierta completamente al afirmar que no hay nada como comerse una paella o un arroz abanda en la costa valenciana.
    Fdo. Alejandro Moledo

    ResponderEliminar
  3. Un gran ejemplo de una acción de lobby acometida desde diversos frentes: clientes de los chiringuitos, medios, vía judicial y grasstop. Creo que el acierto consiste en que todas estas vías de acción se llevaron acabo con coherencia y de forma integrada, ya que el objetivo, evitar la nueva legislación, estaba claro. Aunque se cayó en el riesgo de que el mensaje se difuminase a través de una de las vías, la mediática, donde hubo demasiados portavoces. No obstante, coincido con Alejandro, en que realmente se consiguió poner el tema en agenda, y que fue un tema recurrente en informativos durante varias semanas.
    Por otro lado, me parece interesante resaltar que con el hecho de que unas concesiones terminasen en 2007, el lobby ya se puso a trabajar de cara a 2015, cuando expiraban otras, lo cual supone entender el funcionamiento de esta disciplina.

    ResponderEliminar
  4. Es una interesante campaña de Lobby la iniciada por los hosteleros valencianos y hay que apuntar el buen trabajo realizado tanto en grassroots como grasstops para garantizar buenos resultados.
    A nivel de grassroots es importante apoyarse en las emociones de las personas, en historias propias para conseguir su apoyo y su apertura con la causa que nos mueve. En este punto sin duda la utilización de la paella, como un referente gastronómico valenciano, logró unificar el llamado de la comunidad y conglomerarla para conseguir su apoyo tanto en firmas como en asistencia a los eventos de "paella gratis".
    De otro lado, se explotó perfectamente el argumento de que existía un trato diferenciado en las ciudades costeras gobernadas por el PSOE para así afianzar el apoyo del Gobierno local que serían quienes se encargarían de mover las fichas a nivel grasstops.
    Las dos acciones bien sincronizadas consiguieron colarse en la agenda mediática pasando a la mesa del debate a escala nacional que finalmente arrojó los resultados esperados por los hosteleros.
    Gran trabajo de MªCarmen y muy buena aplicación de conceptos de Lobby dentro del caso.

    Santiago Silva

    ResponderEliminar
  5. Me parece un muy buen ejemplo de lobby que aglutina estrategia de grassrots y grasstops y que toca de cerca al ciudadano porque puede ver que le afecta directamente. Muy bien explicado.

    ResponderEliminar